Seguro de Transporte, junio 2014
Todos sabemos la importancia que el sector del transporte tiene en la economía española, al contribuir en el desarrollo de la actividad de la industria y del comercio, y favorecer la mejora de la competitividad de España. Su papel es aún más relevante a raíz de la globalización de los mercados, puesto que debe hacer frente a una mayor demanda de intercambios comerciales en todo el mundo ofreciendo un servicio cada vez más flexible, rápido y sólido para poder competir en el mercado global.
Pero lamentablemente, hoy en día atraviesa momentos muy difíciles. A raíz de su interrelación con las demás ramas productivas, el transporte ha sufrido fuertemente el impacto de la crisis económica y financiera en su nivel de actividad y de ingresos. La caída de la demanda nacional, unida a los aumentos de impuestos y del precio del carburante, a las diferentes normativas entre Comunidades Autónomas, y al contexto de fuertes restricciones financieras y morosidad en el que vivimos, lleva a un gran deterioro de los resultados. Y encima, a pesar del incremento de costes, algunos operadores siguen rebajando los precios en búsqueda de cuotas de mercado. El resultado de todo ello es la desaparición de empresas: entre el 2008 y el 2012, el sector pierde el 12% de sus empresas.
En lo que se refiere al transporte de mercancías, que es lo que principalmente nos preocupa, en España manejamos un volumen de negocios de unos 55.532 millones de euros, de los que se subcontratan 28.045 millones a empresas logísticas. Solo en el 2009, se transportaron cerca de 2088 Millones de Toneladas métricas de mercancías en España.
Esta claro que todas las mercancías que se mueven deben estar correctamente aseguradas para evitar daños mayores en los balances de las empresas que las fabrican, venden, distribuyen, transportan o compran. Pero debido a la complejidad de la actividad aseguradora del transporte de mercancías, se suele dejar la contratación de dichos seguros en manos de “terceros” que suelen sacar un enorme rendimiento a este abandono, asegurando “mal y caro” los productos, sin que los propios asegurados sean conscientes de ello. Y es que, no es raro ver mercancías sobreaseguradas, con el consecuente incremento del coste del seguro, o infraaseguradas, poniendo en grave peligro la cuenta de resultados de la empresa en caso de siniestro.
Algunos empresarios, directamente se desentienden del aseguramiento de sus mercancías una vez que han salido del almacén, dando por hecho que su transportista se hace cargo de ello. Pero ¿Y si el transportista no tiene seguro de transporte? ¿Y si la póliza no incluye las coberturas y límites que le ampararían ante un siniestro? ¿Y si no está al corriente de pago? Las consecuencias pueden ser muy graves, sería muy difícil reclamar, y de hacerlo a través de juicios, cobrar el importe de los daños puede convertirse en misión imposible.